Procuraduría General de la Nación confirmó destitución a siete docentes del departamento de Cauca
La Procuraduría General de la Nación confirmó la sanción de destitución e inhabilidad general por el término de 10 años para ejercer funciones públicas a siete docentes del departamento de Cauca, al encontrarlos disciplinariamente responsables de haber presentado documentos falsos para la inscripción en el concurso público de méritos de docentes y directivos afrocolombianos.
Los docentes sancionados son: Olga Nury Hurtado García, docente de la Escuela Rural Mixta Cabecitas de López de Micay; José Ernesto Riascos Perlaza, docente de la Escuela Rural Mixta Playa Grande Chuaré de López de Micay; José Eloy Riascos Riascos, docente del Centro Educativo La Concepción de López de Micay; Patricio Suárez Vellaizac, docente del Centro Educativo San Bartolo de López de Micay; Lerys de Jesús Riascos Riascos, docente de la Escuela Rural Mixta Playa Menuda de López de Micay; Emilse Yaruth Riascos Riascos, docente del Centro Educativo Dos Quebradas de López de Micay y María Adalgiza Riascos Riascos, docente del Centro Educativo Belén de Higuana de López de Micay.
El Ministerio Público encontró que los investigados entregaron documentos falsos con los que pretendían acreditar las calidades de normalista superior y cumplir los requisitos enunciados en el decreto 0125 de 2006, por el cual se convocó al concurso.
La Procuraduría Segunda Delegada para la Vigilancia Administrativa explicó que una vez confrontados los documentos aportados con las certificaciones de las autoridades educativas, se encontró que los mismos no correspondían a la formación académica de los aspirantes, quienes de forma ligera pretendieron evadir su responsabilidad con el argumento de que fueron asaltados en su buena fe por personas que los capacitaron mediante la realización de talleres para lograr la homologación de requisitos de los cuales carecían.
La Procuraduría reprochó este comportamiento que demuestra el desinterés por la legalidad de los procedimientos y resulta ser un lamentable ejemplo frente a los demás participantes en el proceso de méritos y especialmente frente a los educandos, quienes esperan obtener de sus formadores un ejemplo de ética y responsabilidad.