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lunes, 14 marzo 2016 10:42 AM

"El hábil uso de la expresión 'paz' legitimó a los criminales y deslegitimó al Estado": Procurador Alejandro Ordóñez en conferencia dictada en Ciudad de México

 

• Invitado por la Universidad Intercontinental de México, el jefe del Ministerio Público intervino en el foro ‘Seguridad, justicia y paz', en donde analizó los riesgos de una negociación que proteja a los victimarios y no garantice los derechos de las víctimas.  

• “La paz es el producto de la verdad, el bien y la justicia (…) Por principio, el Estado de Derecho no se negocia con los criminales. No caigan en ese error como nosotros caímos”, puntualizó el procurador de los colombianos.

 

Ciudad de México (México), 14 de marzo de 2016. “Hoy se pretende cualificar las conversaciones de la Habana como proceso de paz. Sin embargo, por los frutos que se avizoran de dichas conversaciones debemos decir que estos se alejan profundamente del verdadero significado de la paz, pues no es un secreto que allí se legitiman la mentira y el mal cuando se legaliza el crimen y, por supuesto, la injusticia cuando se ampara los delitos internacionales atroces con sanciones inicuas”, manifestó el procurador general de la Nación, Alejandro Ordóñez Maldonado, en desarrollo del foro internacional ‘Seguridad, justicia y paz’ en Ciudad de México.

Invitado al evento por la Universidad Intercontinental, el jefe del Ministerio Público analizó el proceso de negociación que adelantan el Gobierno colombiano y el grupo terrorista FARC en La Habana (Cuba), resaltando que dicho ejercicio, antes que garantizar la armonía y la reconciliación, amenaza a la sociedad civil y la estabilidad del país con pactos de impunidad ante crímenes atroces y la redistribución histórica de responsabilidades ante el conflicto armado a través de acuerdos políticos. 

“La paz ha sido definida clásicamente como la tranquilidad en el orden. El orden lo entendemos como la disposición de todas las cosas en el lugar que le corresponden. Para que exista dicho orden en la esfera política y social deben ocupar su lugar la verdad, el bien y la justicia. En ese sentido no corresponden al orden y, por tanto, a la paz, la mentira, el mal y la injusticia”, expuso.

El procurador de los colombianos abordó la búsqueda de la paz en Colombia desde el año 1982 y la implementación de discursos que justificaron la violencia guerrillera, convirtiendo al Estado en responsable único del conflicto. “Luego, muy sencillo, recurrir a las armas, a la violencia y al delito, era legítimo, era justificado, era válido, era entendible. Ese escenario convirtió a un grupo criminal en un vocero de sectores de la sociedad, una sociedad que estaba cansada y que reclamaba cambios institucionales”, manifestó.

“El resultado fue que en 1990 el grupo había crecido hasta cerca de 9.000 miembros en armas. Las FARC aprovecharon la consigna de la paz y la legitimidad que el Estado les concedió para expandirse, reclutar nuevos integrantes y duplicar el número de estructuras armadas en todo el territorio nacional. A partir de ahí Colombia quedó atrapada, encadenada, sometida a la ‘paz’ como estrategia y táctica de las FARC. El hábil uso de la expresión ‘paz’ legitimó a los criminales y deslegitimó al Estado, cambió la mentalidad de los colombianos, instaló en la sociedad un discurso que distingue entre masacres, violaciones a Derechos Humanos, desapariciones, torturas, homicidios, reclutamiento de niños, actos terroristas, dependiendo de quién los ejecute”.

Tras el análisis histórico, el procurador Ordóñez Maldonado concentró su intervención en el actual proceso de negociación que se desarrolla en La Habana (Cuba) y que a la fecha presentó un acuerdo en materia de justicia transicional que omite la pena efectiva de reclusión para los máximos responsables de delitos de lesa humanidad, crímenes de guerra y genocidios.

“No temo en decir que este proceso no nos llevará realmente a la paz. A lo sumo, nos acercara a la neutralización del conflicto, el cual como es de su naturaleza, mutará para generar más guerra. Por principio, el Estado de Derecho no se negocia con los criminales. No caigan en ese error como nosotros caímos. Los delincuentes buscan influir en el poder político, poner a las autoridades a su servicio”, puntualizó.

Ante la compleja situación de seguridad que vive México, el procurador colombiano formuló recomendaciones para que ese país adelante procesos de negociación sin someter a sus ciudadanos ante el crimen, destacando la necesidad de que la persecución judicial también se concentre en los multimillonarios bienes adquiridos a través de empresas criminales.   

"La persecución judicial debe concentrarse en la riqueza de los criminales. En el caso colombiano falta mucho por hacer. Si la riqueza del capo se mantiene incólume, es un buen negocio delinquir”.

El jefe del órgano de control también expuso las funciones de la Procuraduría General de la Nación en Colombia y su acción en materia de lucha contra la corrupción, destacando que aunque en su administración hayan sido sancionados más de 1.500 alcaldes, 25 gobernadores y una veintena de congresistas, los buenos funcionarios públicos no son consecuencia exclusiva de decisiones disciplinarias, sino de buenos ciudadanos y el actuar desde bases de ética, moral y respeto por los principios de la sociedad. 

“La corrupción campea porque faltan buenos funcionarios, porque faltan buenos ciudadanos que se formen con principios y con valores desde el seno natural de la familia”, concluyó.

La novena edición del foro ‘Seguridad, justicia y paz” fue organizada por la Universidad Intercontinental de México.  

PGN | Fecha Publicación: lunes, 14 marzo 2016 10:42 AM

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